La concentración y la práctica de asanas buscan alcanzar un estado de calma. Si exploramos las posturas con inteligencia y suavidad, el cuerpo nos seguirá con esa misma inteligencia y esa misma suavidad. Así, trabajaremos con el cuerpo, con la mente y con las emociones al mismo tiempo, logrando un estado de conexión .
Esto significa que nuestra felicidad vendrá determinada por el contenido con el que ocupemos nuestra mente. Así, la práctica de asanas, al calmar la mente a través del cuerpo, nos ayuda a crear un estado de quietud.
Vivir con sensibilidad no significa dejarse llevar por las emociones, sino vivir con una mayor agudeza de percepción.
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